El Observatorio Noctámbul@s, proyecto de la Fundación Salud y Comunidad, comienza procesos de dinamización de protocolos y planes de actuación municipales en localidades catalanas orientados a la prevención, detección, actuación y reparación de las violencias sexuales en contextos de ocio y espacio público.
En los últimos años, se ha puesto sobre la mesa la necesidad de implementar protocolos en los espacios de ocio, sobre todo en el nocturno, con el fin de abordar las violencias sexuales que se dan en estos espacios. Ahora bien, estas violencias se han dado ‘siempre’ y han estado normalizadas hasta que desde los feminismos se ha denunciado que ‘normal’ no quiere decir sano o deseable. Es decir, el problema radica en que muchas de estas violencias son tan comunes que las hemos interiorizado como una consecuencia inevitable que las chicas y mujeres asumimos al salir a la calle y al participar en espacios de ocio donde hay contacto con hombres.
Así pues, los protocolos nacen para desnormalizar aquello que tenemos interiorizado, para ponerle un nombre que tenga la medida de aquellas conductas: agresión o violencias. La sencilla creación de estos protocolos en núcleos, barrios y ciudades sirve para poner el foco de atención en todo aquello que nos ha agredido durante años y que, al denunciarlo, era tratado como algo individual de la persona que lo sufría. Ahora, por el contrario, se lanza un mensaje a los potenciales agresores: estamos alerta, sabemos qué hacéis, contra quién lo hacéis y, si lo hacéis, hay gente organizada para responder. También un mensaje destinado a las potenciales víctimas: intentaremos evitar que sufráis ningún tipo de violencia pero, si os llega a pasar, podéis avisar en las barras, no estáis solas, sabemos qué hacer y lo haremos.
Los protocolos, lejos de prever sólo las agresiones cometidas por desconocidos a altas horas de la madrugada y en una calle oscura, estereotipos que persisten en el imaginario colectivo, prevé, sobre todo, la violencia por parte de conocidos. De esta manera se desmonta el mito: la mayor parte de las agresiones son perpetradas por parte de conocidos (según El Ministerio del Interior el 85% de las víctimas conocía previamente a su agresor y, en más de la mitad de los casos, es su pareja o expareja).
Precisamente porque las agresiones se gestan en la proximidad, la intervención colectiva en el espacio de ocio es una buena herramienta para entrar en un espacio que siempre se ha considerado privado y donde nadie puede intervenir ni opinar. Por primera vez hay una voluntad transversal desde los colectivos a la administración que insta a construir espacios públicos libres de violencias que acabarán incidiendo también en las relaciones personales, las casas, las cuadrillas.
Para más información sobre las características que tienen que tener los protocolos y el resto de actividades que llevamos a cabo desde el Observatorio Noctámbul@s: https://www.drogasgenero.info/noctambulas/
