Fundación Salud y Comunidad acaba de lanzar un informe resultado de la investigación que ha coordinado en el marco del proyecto europeo INTERLEAVE financiado por la Comisión Europea (Programa JUST DRUGS), acerca de las violencias de género y machistas que atraviesan a las mujeres que usan drogas. Además de España, en el estudio han participado organizaciones de 5 países más de la UE: Comunità di Venezia Società Cooperativa Sociale (Italia, organización líder), Therapiesalon in Wald (Austria), Therapieverbund Ludwigsmühle Gemeinnutzige Gesellschaft MBH (Alemania), IREFREA- Instituto Europeu para o Estudo dos Factores de Risco em Crianças e Adolescentes (Portugal), Humanitarna Organizacija Zajednica Susret (Croatia). También han colaborado la red europea ENSA (por sus siglas en inglés, Red Europea de Autoridades Sociales) y la consultoría EU-Open SRL (Italy).
Como afirma la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, por sus siglas en inglés, UNODC (2018), la prevalencia de violencia de género entre las mujeres que usan drogas es de dos a cinco veces mayor que entre las mujeres que no las usan; comparado con los hombres, las mujeres que usan drogas enfrentan mucha más violencia (EMCDDA, 2019). Además, las relaciones de poder de género interactúan de manera significativa con otros factores de opresión como el uso de drogas, la pobreza, la racialización o la migración.
El objetivo de la investigación INTERLEAVE ha sido comprender mejor las violencias de género y machistas hacia las mujeres que usan drogas, así como trazar un mapa de las mejores prácticas de intervención en los países participantes en el estudio. Para ello, se han llevado a cabo distintas metodologías de recogida de datos tanto cuantitativos como cualitativos:
- Una revisión de literatura científica: Se analizaron un total de 80 artículos científicos y literatura gris.
- Una encuesta dirigida a mujeres que usan drogas (N= 261) de los 6 países participantes.
- Una encuesta dirigida a profesionales (N= 492) de los 6 países participantes que trabajan en diferentes servicios de atención para mujeres que usan drogas y/o mujeres supervivientes de violencias basadas en el género (VBG) y violencias machistas.
- 15 Grupos Focales: 12 dirigidos a mujeres que usan drogas y 3 dirigidos a profesionales.
- 120 entrevistas dirigidas a profesionales y otras informantes clave.
A partir de lo anterior, se realizó un análisis cuantitativo y cualitativo con enfoque de género y feminista. Estos son algunos de los resultados más destacados:
- La mayoría de mujeres que usan drogas declararon haber sufrido violencia psicológica (86,64%) y/o física (74,23%); el 44,62% reportó violencia sexual en la edad adulta y el 24,62% violencia sexual en la infancia.
- Por contextos, destaca la alta prevalencia de la violencia institucional (26,54%), lo que abre la posibilidad de mejorar las estrategias de intervención tanto en los servicios generalistas-como centros de salud y servicios sociales- como en los especializados para personas que usan drogas. Los grupos de discusión con mujeres que usan drogas han revelado numerosos y alarmantes ejemplos en este sentido.
- Tanto los hombres cis-género que usan drogas y/o alcohol (86,22%) como los que no (51,97%) son principalmente reportados como agresores por las mujeres que usan drogas, lo que señala la estructuralidad de las VBG en tanto que relaciones de poder de género.
- Desde una mirada interseccional, la pobreza (32,41%) destaca en cuanto a eje de opresión además de la identidad de género y el uso de drogas.
- Sólo el 24,49% de profesionales (el 27,63% de las mujeres y el 11,7% de los hombres) declaró trabajar desde una perspectiva de género.
- El 54,39% de profesionales reconoció no tener conocimientos sobre la intersección entre el uso de drogas y las violencias de género y machistas.
- Según las mujeres que usan drogas (75,79%) y el personal que trabaja con ellas (83,78%), los servicios integrados para mujeres que usan drogas y sufren o han sufrido violencia de género o machista incorporan mejor la perspectiva de género.
Por tanto, parece fundamental avanzar hacia un cambio de paradigma en los servicios de drogas que considere una perspectiva de género e interseccional y desestigmatice a las mujeres que usan drogas.
El informe concluye con algunas recomendaciones preliminares que formarán parte de un Toolkit (o caja de herramientas) dirigida a profesionales que trabajan con mujeres que usan drogas.
Para más información se puede descargar el INFORME COMPLETO AQUÍ.