González – Rojas, A; Soriano-Villarroel, I; Martínez-Redondo, P. (2022) Modelo de intervención con enfoque biopsicosocial y de género para adicciones sin sustancia. UNAD. La red de atención a las adicciones. Madrid.
«El acceso a juegos de azar (online y presencial) ha registrado un aumento notable en la última década. Según la OMS (2017), entre el 1 y el 6% de personas alrededor del mundo son propensas a desarrollar conductas adictivas de juego. De esta cifra, no se conocen datos desagregados por sexo, pero puede que la brecha entre mujeres y hombres sea cada vez menor. Se prevé que la tendencia siga en aumento, lo que se traduce en mayor prevalencia de trastornos relacionados.
El trastorno por videojuegos y juegos de apuesta ya ha sido incluido en el Manual Diagnóstico DSM-V, que por ahora no incluye otras adicciones sin sustancia. Sin embargo, a pesar del incremento de la población afectada, a nivel global, su tratamiento no es una prioridad en salud pública, las mujeres afectadas siguen siendo menos visibles en comparación con los hombres, y la población juvenil sólo empieza a serlo, gracias a la relación que tienen con las tecnologías.
Una buena parte de las respuestas para paliar el problema viene de las organizaciones sociales compuestas por personas afectadas (mayoritariamente hombres de mediana y mayor edad), que han creado sus propios métodos de acogida y atención a partir de su experiencia y que, muy poco a poco y sólo en algunos, casos han ido profesionalizándose en el tema. Puede que las respuestas estén siendo reactivas y urgentes, buscando minimizar el impacto, pero con poca efectividad preventiva, tal como sucedió en los años 80 con el uso rápidamente extendido de sustancias psicoactivas.
Este documento se presenta como material de consulta para profesionales que deben tratar con la problemática, con el objetivo de proporcionar las claves esenciales de un modelo de atención biopsicosocial desde perspectiva de género, para la intervención tanto con personas adultas como jóvenes.
Como marco general, este modelo se construye sobre la base de cuatro enfoques de partida y transversales:
El primero de ellos, el enfoque de género, que no sólo busca visibilizar la presencia y particularidades de las mujeres con conducta problemática derivada del juego, en medio de un contexto altamente masculinizado, sino también poner el énfasis en la influencia que pueden tener las relaciones entre hombres y mujeres en un contexto de desequivalencia estructural, en la adherencia y éxito o fracaso de los tratamientos.
El segundo enfoque, muy conectado con el primero, es la perspectiva de la interseccionalidad, que nos hace considerar los efectos de distintos ámbitos de exclusión y opresión que pueden afectar a las personas a las que atendemos. Esta perspectiva, derivada de los estudios feministas, sirve para entender que cada persona está condicionada simultáneamente por distintos sistemas de dominación y discriminación / privilegios (raciales, étnicos, de género, de clase, de localización, de procedencia, entre otros) que pueden afectar la forma en la que se desarrolla su adicción, así como el proceso de recuperación/tratamiento de la misma.
En tercer lugar, el enfoque de derechos para la promoción de una salud integral y sobre la base de un marco de garantías que asegure que el Estado es responsable de proporcionar los medios necesarios para que cada persona pueda vivir en condiciones de bienestar, sin discriminación y sin exclusión.
Por último, el enfoque generacional, que busca resaltar las características, necesidades y aportes particulares de las personas en cada una de las etapas de la vida, poniéndolas en igual valor, sin que la edad determine su mayor o menor importancia. Este enfoque es fundamental en el abordaje de las adicciones sin sustancia ya que, cada vez con mayor frecuencia, se pone en evidencia la afectación particular sobre las personas más jóvenes y el abordaje necesita que las soluciones tengan en cuenta sus necesidades particulares».