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Éxito de la jornada «Drogas, Género y Redes»

Éxito de la jornada «Drogas, Género y Redes»

DSC_0040 (3)El pasado 10 de Mayo se celebró en Barcelona el segundo encuentro de profesionales en torno a la asistencia, tratamiento y prevención de drogodependencias con perspectiva de género, con el título de “Drogas, Género y Redes”. Esta jornada fue organizada por el Proyecto Malva con el apoyo del Plan Nacional sobre Drogas.

Este segundo encuentro se organizó dentro del marco de actuación de la formación de profesionales del Proyecto con la voluntad de promover el trabajo en red entre los profesionales del ámbito de las drogas con perspectiva de género. De este modo, en la jornada se pudo contar con la participación de distintas entidades o instituciones: Fundación Atenea, Fundación EMET Arco Iris, Universidad de Deusto, Subdirección General de Drogodependencias de la Generalitat de Cataluña y la Asociación Costarricense para el Estudio e Intervención en Drogas – ACEID.

La jornada se estructuró en tres partes:

  1. Ponencia inaugural: “Project DAWN: Instrumentos internacionales para incorporar la perspectiva de género en el trabajo con drogas”.
  2. Proyectos de la línea de drogas y género de Fundación Salud y Comunidad: “Aprendizajes y retos en género y drogas”
  3. Mesa de debate: “Formación, asistencia y trabajo en red con perspectiva de género”

La inauguración de la jornada corrió a cargo de Joan Colom, subdirector General de Drogodependencias de la Generalitat de Cataluña; José del Val, Jefe de Servicio de relaciones con las ONG de la Delegación del Gobierno para el PNSD, y por la directora del Área de Adicciones, Género y Familia de FSC, Maite Tudela.

09-09-E-SDG-PosterEn primer lugar, se celebró la ponencia inaugural a cargo de Alessandra Liquori O’Neil, responsable de programas del Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia – UNICRI. UNICRI es un proyecto de Naciones Unidas que se encarga de ayudar a los gobiernos, administraciones o entidades para mejorar los instrumentos contra el crimen y la justicia penal. Su ponencia llevaba el título “Project DAWN: Instrumentos internacionales para incorporar la perspectiva de género en el trabajo con drogas”, en la que hizo un repaso sobre la estrategia de las Naciones Unidas en relación a la incorporación de la perspectiva de género, en el marco de los 17 objetivos para el desarrollo sostenible global, donde aparece como meta 5 la igualdad de género. Puso el acento en la importancia del trabajo en red, así como el hecho de que la salud es un derecho fundamental que engloba los demás objetivos.

Uno de los datos más relevantes que expuso Liquori fue cuando mostró las diferencias entre la mortalidad de mujeres en países con ingresos altos en comparación con países con ingresos bajos. En estos últimos, las dificultades para acceder a la salud estarían detrás de buena parte de las muertes por parto o VIH, son parte de las causas más frecuentes mientras que en los países con ingresos más altos ni aparecen, hecho que hace pensar que son totalmente evitables si se garantiza un acceso a la salud universal. Un hombre pobre puede acceder a prevención y tratamiento mucho más que una mujer pobre, en cambio una mujer rica podrá acceder más o menos a los mismos servicios que un hombre rico.

Por otro lado, presentó algunos recursos como las directrices de la OMS en relación a la maternidad, la reproducción y la salud de la mujer, las directrices de la UNOCD y los manuales de buenas prácticas de UNICRI.

Su conclusión se centró en la oportunidad generada por la resolución de Viena de 2014 para el cambio de las estrategias políticas de género debido a que hasta ahora se han diseñado siempre desde el punto de vista masculino, hecho que hace que éstas no incidan o beneficien a las mujeres.

IMG_0127En la segunda parte , Gemma Altell, subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familia de FSC, explicó en el espacio “Aprendizajes y retos en género y drogas” los cuatro ejes de trabajo que sostienen los proyectos que se desarrollan en la Línea de Drogas y Género de FSC. Estos son la formación y consultoría, como por ejemplo las redes de profesionales impulsadas por el Proyecto Malva, los proyectos de prevención y reducción de riesgos como el Observatorio Noctambul@s, las iniciativas de tratamiento y reducción de daños como el Espai Ariadna y finalmente la sensibilización e incidencia en políticas de drogas y género como las colaboraciones en medios como eldiario.es o el espacio virtual Dones en Xarxa. También presentó la nueva web de www.drogasgenero.info así como el documento de buenas prácticas del proyecto Malva para incorporar la perspectiva de género en el ámbito de la atención del uso y abuso de drogas.

Después de la presentación de los cuatro ejes, Gemma Altell recomendó adoptar la perspectiva de género en el eje de la reducción de riesgos, identificar los riesgos más frecuentes así como las diferencias  entre hombres y mujeres. Por ejemplo cuando se habla de la presión de grupo en el consumo, los chicos suelen recibir más presión del grupo y las chicas en cambio reciben más presión de su pareja. Otro reto que recordó, en este caso para el eje de la reducción de  daños, sería dar respuesta a todas las mujeres que tienen riesgo de violencia y/o consumo de drogas.

IMG_0173En la tercera e última sesión tuvo lugar una mesa de debate entre las diversas entidades y profesionales acerca de su trabajo en drogas y género como son la Fundación Atenea, la Fundación Emet Arcoiris, la Universidad de Deusto, la Subdirección General de Drogodependencias de la Generalitat de Cataluña y la Asociación Costarricense para el Estudio e Intervención en Drogas.

Raquel Cantos (Fundación Atenea), expuso la investigación “Incorporación de la perspectiva de género en la planificación sobre drogodependencias”, realizada con el fin de revisar la incorporación de la perspectiva de género en la planificación de drogodependencias mediante el análisis de distintos documentos:

  • Dos documentos nacionales: Estrategia nacional sobre drogas 2009-2016 y Plan de acción sobre drogas 2013-2016.
  • Diecinueve documentos autonómicos: Diecisiete de cada Comunidad Autónoma y dos de cada Ciudades autonómicas (Ceuta y Melilla).
  • Treinta y nueve documentos municipales: Los cinco municipios más grandes de España y dos municipios por cada Comunidad Autónoma.

Teniendo en cuenta que la perspectiva de género no puede evaluarse de forma dicotómica ( tener o no tener perspectiva de género), se establecieron cinco niveles de profundidad:

  1. Documentos tipo 1: no incluyen la perspectiva de género.
  2. Documentos tipo 2: incluyen datos disgregados por sexo en el diagnóstico pero sin comentarlos, e incluyen un párrafo donde expresan la voluntad de incorporar la perspectiva de género.
  3. Documentos tipo 3: este grupo de textos se encuentran a caballo de los de corte generalista y aquellos que tienen una mirada más inclusiva. Presentan los datos disgregados por sexos e incluyen objetivos específicos para mujeres y muestran los riesgos específicos del género femenino. Como punto negativo destaca la confusión entre sexo y género que se encuentra en estos textos.
  4. Documentos tipo 4: en este nivel tienen todas las cualidades excepto la explicación de las diferencias encontradas.
  5. Documento tipo 5: este nivel sería el modelo a seguir, es decir, la incorporación completa de la perspectiva de género, con una explicación social de las diferencias encontradas en función del género.

Como conclusiones, Raquel Cantos destacó que el 70% de los documentos analizados no tenían incorporada la perspectiva de género (documentos tipo I y II), y sólo un 12% se adscriben al tipo IV.

A continuación, Auxiliadora Fernández de la fundación EMET Arcoiris, presentó el trabajo en el ámbito de género y el funcionamiento de la comunidad terapéutica “La Muela” en Córdoba.

Después, desde la universidad de Deusto, Elisabete Arostegui habló de las dificultades que se pueden encontrar en el ámbito universitario para llevar a cabo la incorporación de la perspectiva de género. En relación al diagnóstico de igualdad que realizó durante su ponencia, apuntó que tiene menos presencia si se compara con otros ámbitos, como por ejemplo el intercultural, de la salud o el de la responsabilidad social. Normalmente los cursos de formación llevan la perspectiva de género incorporada, pero la realidad indica que queda mucho camino por hacer debido a la falta de apoyo institucional y de redes feministas sólidas en el ámbito académico.

Por parte de la Subdirección General de Drogodependencias de la Generalitat de Cataluña, Lídia Segura presentó el trabajo de formación con profesionales, en el que se intenta que todas las formaciones incorporen la perspectiva de género más que programar formaciones específicas sobre género. Presentó algunos materiales educativos, un protocolo de atención a la mujer y mencionó algunos estudios cualitativos hechos con pacientes de centros de tratamiento ambulatorio. Explicó también el programa para el abordaje a la violencia de la pareja de la XAD (Red atención a la drogodependencia de Cataluña).

Como última ponente de la jornada, Aura Roig, de la Asociación Costarricense para el Estudio e Intervención en Drogas, habló de su experiencia en el ámbito de la reducción de daños y reflexionó sobre la falta de autocrítica en una jornada donde se habló del consumo de drogas de mujeres pero donde no hubo ningún testimonio directo de mujeres que fueran consumidoras. Recomendó aprender más de las mujeres que hacen consumos responsables, aprender cómo se relacionan antes de problematizar su uso. Aura Roig señaló que, si bien es cierto que las mujeres son más moderadas en general, toman drogas al igual que los hombres y que por tanto el primer paso debería de ser escuchar su voz. En relación a este hecho, señaló la falta de espacios seguros y que garanticen la confidencialidad, como por ejemplo en aquellos casos donde pueda haber riesgo de perder la custodia de hijos e hijas.

En el caso de mujeres embarazadas y madres, explico que tienen más problemas por la situación de exclusión que las rodea que por la propia situación de consumo. En el caso de sustancias legales como el tabaco y el alcohol, se tolera o se acepta la intervención en reducción del daño, pero para el resto de drogas solo se acepta la abstinencia. En esta línea, hizo el llamamiento de disponer para estos casos de espacios de «único acceso», más flexibles y con el objetivo de proteger al bebé, pero contemplando recaídas u otras medidas. Este tipo de espacios de atención mejoran los resultados en el  mantenimiento de custodias. También habló de las trabajadoras sexuales, un grupo en el que las mujeres que se drogan están excluidas dentro del propio grupo. Por lo tanto, estas mujeres consumidoras necesitan espacios tranquilos y seguros, con intercambio de jeringuillas y otros servicios específicos para ellas.

 

 

 

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